Los caminos del destino

¡Buenas Cosmonautas!

Este mes me toca a mi organizar el reto de #Writember y para esta primera semana

las palabras a utilizar eran: madera, sal y deseo.
Para que podáis comprobar que el texto las contiene las veréis en negrita y cursiva.
Espero que disfrutéis del microrrelato y al final del mismo encontraréis enlace a los relatos del resto de participantes.

Sin más dilación, "Los caminos del destino".

Fotografía de Canva.

Reprimí las ganas de echar mis tripas por la borda, me acurruqué junto a los barriles en la bodega y me centré en el crujir de la madera y el movimiento hipnótico de la tripulación. Todos sabían que debían hacer, sin necesidad de ninguna orden. Bailaban al ritmo de la tormenta, se sabían al dedillo cada nota. Ellos llevaban la batuta.

Y yo me agazapaba como polizón que era, me escondía entre las sombras, intentando luchar por un amor fugaz. Prometí volver a verla y pensaba cumplir cada palabra. Por eso estaba luchando contra mi mayor miedo, el mar, el agua sin miedo. No estaba hecho para dejar tierra firme, pero por ella…

Oí un estruendo y me levanté de un salto. “¿Qué ocurre?” me pregunté, pero un destello captó mi atención. Me acerqué con cuidado a un ojo de buey, miré y para mi sorpresa vi una maravillosa estrella fugaz.

¡Pide un deseo, imbécil! ¡Corre! Vale, vale.

—Pido volver a ver aquella criatura pelirroja que revolucionó mi corazón. Pido vivir para verla de nuevo. Pido poder tener la oportunidad de decirle que la quiero. Ese es mi deseo.

De nuevo otro estruendo. Dejé a mi espalda el brillo de aquel cometa y subí con cautela las escaleras viejas de la bodega. Cuando llegué al exterior vi el barco en llamas. La tripulación había perdido la batalla al mar y maldije para mis adentro aquella traicionera esfera que aún brillaba en el negro cielo. El navío se balanceaba sin control, no había nada que hacer.

—¡A los botes! –gritó el capitán, pero los rayos y el fuego no dieron tregua y cayeron al mar sin nadie dentro.

—¡Sálvese quien pueda! –aulló uno justo antes de ser engullido por una ola.

No sabía que hacer, no había botes y apenas sabía nadar, pero quedarse en el barco era mi sentencia a muerte y sin pensarlo dos veces salté.

Caí a un mar embravecido, las olas me hundían para luego sacarme a flote. Me costaba coger aire, y mi boca sabía a sal. Mis fuerzas fueron abandonándome y sin darme cuenta comencé a hundirme.

Maldito destino, maldito deseo envenenado.

Antes de perder el conocimiento, mis ojos creyeron ver a una joven pelirroja acariciándome el rostro y mascullé con mis últimas fuerzas:

—Siento...Siento haber incumplido mi...promesa... - y mis ojos se cerraron en la más absoluta oscuridad.

La brisa despertó mis sentidos y poco a poco abrí los ojos para observar frente a mí un cielo repleto de estrellas. Intenté incorporarme, pero todo mi cuerpo dolía. Entonces sentí arena bajo mis manos y agua acariciando mis piernas. Su tacto era indiscutible. ¡Estaba en tierra firme! Pero, ¿cómo era posible?

Con cuidado, arañé la superficie para sentarme sobre la fina arena, y entonces la vi. Allí estaba ella, con rostro preocupado mirándome fijamente. Al verme despierto, usó su gran cola para salpicarme entero.

—¡Como te atreves a salir al mar con esta tempestad! ¿Qué querías? ¿Morir? ¡Me has dado un susto de muerte!

Mientras ella estaba preocupada echándome la bronca no pude evitar sonreír viendo su larga melena rojiza, sus pecas… ¡Era ella! La sirena de mis sueños. Mi deseo se había cumplido y no pude evitar reír por la retorcida jugada del destino.

—Perdona, creía querías una segunda cita de infarto. –su cara era un poema y volvió a salpicarme, pero esta vez sonreía. 

FIN.

-Cometa

#SoloUnaHistoriaMás

Participantes del reto:
1. "Sueños de tierra, sueños de mar" de Nish (@_Inisha en Wattpad).
2. "Una velada azulada" de Tessa (@TeresaPlazaG en twitter).
3. "Estrella fugaz" de Galaxi Gomel (@GalaxiGomel en Twitter).