Nochevieja

Miro a mi alrededor, están todos, todos. Sentados en el sofá, en las sillas, en el suelo, todos. Están rodeando a esa maldita caja metálica, con sus uvas ya peladas, y bien contadas. 

Pronto, empezarán a sonar las campanadas, y el come cocos nos indicará que ya vamos a entrar mal al año. Vamos a entrar, unos muy pronto y otros muy tarde, unos atragantados y otros mediante artimañas y trucos.

Pronto, empezarán los gritos y los abrazos, los besos y los "feliz año", pronto, empezará el jubilo y el caos. Les miró mientras ellos miran el vestido nuevo de la presentadora o los kilos de más del presentador, "la cámara añade al menos 5 kilos" dirá mi abuela y mi tío le contestará lo mismo de todos los años "¿y cuántas cámaras le están grabando entonces?" y la consiguiente colleja de mi abuela. 

Pronto se repetirá la misma estampa que todos los años en estas fechas, que por mucho que digamos "año nuevo, vida nueva", por mucho que sonriamos y pensemos que si, que este es el año, que este es año, sabemos que todo va a seguir igual. 

Si, la misma niebla de optimismo y entusiasmo que se desvanece el primer día que vamos al gym, que empezamos la dieta o que miramos los precios de los pisos. Si, esa ilusión, esa falsa tormenta de adrenalina y espejismos se va en el mismo instante que pisamos la tierra con los pies y no con el corazón. La misma mierd* de siempre.

Porque no somos valientes, no lo somos, nadie, ninguno de los aquí presentes nos lanzaríamos al aire sin un paracaídas, o dos, con un colchón o 100 debajo y con 5 ave marías. Nadie aquí es valiente. Nadie, ni tú, ni yo. 

Nos da miedo pisar fuerte, nos da miedo cambiar, salir de nuestra carretera, de nuestra comodidad, por mucho que nos j*dan, por mucho dolor que llevemos arrastras durante todo el año, llega el 31 de Diciembre y  bam todos nos creemos SuperMan.

Y vuelvo a mi mesa, a mi mesa con mi gente, con la gente que quiero y que me quiere, cada uno a nuestra manera y de nuestro modo, somos muy nuestros hasta con la gente que más apreciamos. Y mi mesa, no esta llena, a pesar de que no cabe ni un alfiler, esta incompleta. Estamos todos los que hay y sin embargo falta gente. 

Falta gente importante, y van a empezar sin ellos, y mi mirada, mi mirada llena de rencor porque no son valientes, mi mirada va para los que están en esa mesa. Porque no se dan cuenta de la maldita suerte que tienen de compartir este preciso instante con la gente tan maravillosa que tienen al lado. No se dan cuenta de que al año que viene a lo mejor están un poco menos apretados.

Miro a mi abuela, que mira sus uvas, asegurándose que tiene las doce, que nadie se las ha robado o que ninguna ha huido. Su rostro esta lleno de ríos repletos de historias y risas, un mapa de una vida difícil pero feliz, feliz con los suyos. Una vida que ha creado una docena más, que ha llenado esta habitación y sin embargo ella nota el vacío. Lo tiene tan presente que con el rabillo del ojo mira la fotografía de mi abuelo y le sonríe a una silla perdida, abandonada en el salón, estableciendo que ahí, se sienta él y me mira.

Me mira porque las dos pensamos en esos vacíos, en esos parches que llevamos con nosotras, en el corazón para no olvidarnos de aquellos que hoy nos han fallado a la mesa.

Veo que los demás siguen absortos en lo que dice la televisión, la cuál solo les índica una vez más de que tratan las campanadas, pero entonces veo a mi tío Paco. Lleva una mirada nostálgica, fijada en la puerta de la cocina, y comprendo que esta llenando otro de nuestros vacíos. Lo esta llenando con el recuerdo de la tía Ana, que nos dejó hace un par de años tras un cáncer que arraso con todo, y con todos. 

Sonrío con tristeza al recordar que la tía siempre se ponía en la puerta de la cocina preparada para correr y agarrar el champán con el último sonido de las campanadas. Y su sonrisa, su preciosa sonrisa, que nos regalaba a cada uno de nosotros para darnos fuerza en el nuevo año. Y mi tío me mira, y agarra de la mano a mi abuela.

Empiezan los primeros gritos de nerviosismo, "ya empieza, ya empieza" pero sé que todavía quedan un par de minutos, un par de minutos que yo no quiero regalar a los vivos, hoy no. Hoy se los dedico a los vacíos de mi vida, a los que me faltan y a los que me duele echar de menos. 

Entonces veo, veo en cada una de sus miradas, como estos instantes se los dedican a nuestros vacíos, y entonces les vemos, les vemos entrar por la puerta y la ventana. Vemos como mi abuelo se sienta en la silla olvidada y mi tía se pone cerca de la cocina, y mi primo con su casco de moto aún puesto, y a tíos y amigos que no logro reconocer. Juntos, ahora sí, todos, miramos esa maldita caja y agarramos las uvas mientras suenan las campanadas. Y suenan cada una de las doce, hasta que suena los pitidos, y los gritos. Empiezan los abrazos y los besos y ¿el champán? 

El champán lo tiene mi madre ya en la mano, y lo sirve y brindamos y miro a mi alrededor, y veo sus sonrisas y sus chistes de cada año, y sus promesas al nuevo año y sé que aunque no los vayan a cumplir, me da igual, porque están aquí, y mientras no sean mis vacíos, pueden seguir diciendo, creyendo, y ejerciendo su derecho de envolverse en la niebla de optimismo e ilusión por el año nuevo que empieza.




¡Feliz 2019! Espero que este año os traiga toda la felicidad, fuerza, amor y salud que sé que os merecéis, y que la niebla de este año os duré como mínimo, hasta el 2020, ¡un abrazo!

Comentarios

  1. Querida cometa desde lo más profundo de mi corazón .2019 ,uff, qué decirte por mi parte.Compartir con todo el qué me quiera bien mi camino,ese camino que es tan largo como yo quiera que sea.Dia qué vivo tan lleno de alegría como puedan mis fuerzas, horas que alargo y vivo para que el dia de mañana no pueda sentir que no lo llevo en mi corazón y lo he compartido con los que me quieren y me quisieron.
    Mis ojos cada vez más cansados pasarán a ser ésos pequeños rayos de sol dentro del gran universo de experiencias que dia a dia lucho por adquirir para compartirlas con todos .
    Un año mas de búsqueda.Bien .
    2019.

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    1. ¡Muchas gracias! Espero que 2019 sea un año que te traiga mucha felicidad y alegría con los que más quieres. ¡Nos vemos en próximo relatos!

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  2. Querida Cometa,
    Encontrar tu blog ha sido uno de los mejores regalos de este año.
    ¡Me gustan muchísimos tus historias! Se hace una lectura fácil, dulce y que te invita a pensar y cuestionarte cosas.
    Simplemente leyéndote puedo ver la estela de tus escritos.
    Muchas gracias y ¡sigue así!

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    1. ¡Muchas gracias! Sin duda mi regalo de este año ha sido crear este blog y llegar a tanta gente. Vuestros comentarios me animan a seguir creando relatos, esto solo es el principio. Bienvenida Avi, ya eres toda una Cosmonauta de primera.

      ¡Seguimos en contacto en redes sociales!

      #SoloUnaHistoriaMás
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