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Mostrando entradas de 2019

El último Pegaso

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Llegamos a la recta final, pero antes, el tercer reto de #Writember . Un relato que debe incluir: una espada, una pluma y una risa. Sin más dilación: "El último Pegaso" Fotografía sacada de Pixabay, hecha por @pixel2013 (instagram). Llevábamos un rato dentro del carruaje. Ninguno de los dos quería empezar aquella conversación y cada segundo que pasaba mi corazón latía con más fuerza. Corrí la cortina, no quería seguir viendo la miseria que se palpaba en las calles de aquella ciudad, de mi ciudad. Mi acompañante, un criado de edad avanzada y lo más parecido a un padre para mí, decidió romper aquel silencio . —      Le debes una explicación. Cree que estás muerto y le gustas así. Necesitas una historia, una que te mantenga con vida. – corrió un poco su cortina, echó un vistazo y volvió a cerrarla. Aún faltaba para llegar al tribunal. – Tienen que creerte, debes ganar tiempo, lo suficiente para que abran las puertas de la ciudad. Tiempo. Eso es lo que necesitáb

Fuego y agua

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Mis huesos sentían la misma humedad, el mismo frío, que el resto de mi cuerpo. El agua se había colado por todos los rincones de mi ser, pero ya nada importaba. Empapado de pies a cabeza, sin ningún lugar al que ir, me senté en el bordillo. Un asiento privilegiado desde donde observar mi desastre. El fuego había intentado arrebatarme mi ilusión, y el agua lo había barrido por completo. No quedaban ni cenizas por recoger, lo había perdido todo. Hasta las sillas del público se habían destruido. El plástico había perdido la batalla contra un fuego abrasador, las cuerdas, las pelucas, todo había ardido. La arena había frenado al fuego, impidiendo que devorara a los acróbatas y payasos, que huyeron entre las llamas hacía el exterior. Todos se habían ido, dejándome atrás. No importaba, yo debía quedarme, y salvarlo. Miré a mi derecha, allí estaba Simón, el gran león, su anaranjada melena había sufrido también, y parte estaba chamuscada. Agitó su pelaje, y me salpicó barro y agua, ag

Reseña "Acero y Cenizas"

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¡Hola, Cosmonautas! Hoy os traigo una entrada distinta, ya os lo anuncié por redes sociales, pero para el que le haya pillado sumido en la desconexión veraniega os lo recuerdo. Este verano en vez de continuar con mis microcuentos y relatos, decidí impulsar la iniciativa #LeoAutorasAgosto , de la que os hablé el pasado miércoles ( https://escritoscometa.blogspot.com/2019/08/iniciativa-leoautorasagosto.html ). Y lo prometido es deuda, ¡os traigo la reseña del libro “ Acero y Cenizas ”! Un libro que descubrí gracias a Twitter y a su maravillosa escritora, Laura Campo Cabeza . Sin embargo, antes de hablar sobre ella, voy a comenzar por su libro. Datos: Título: Acero y cenizas Número de páginas: 383 Autora: Laura Campo Editorial: Editorial Fanes Género: Novela épica autoconclusiva ISBN: 978-84-949484-7-3 PVP : 18,90€ Sinopsis :  Adjunto la que viene en el reverso del libro para no destripar el libro. “Cuando su reino, su país y su hogar se ven

Dulces sueños

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Hace tiempo que no suspiro, no respiro ni vivo (por ti). He dejado de buscarte, y ahora abrazo mis silencios, dibujo sonrisas, unas que ya no tienen tu firma, que no llevan tu nombre. Un nombre que hiere, y mata. Hace tiempo que miro al mar, a la luna y sus estrellas, y veo mi reflejo. Ya no hay heridas, sino cicatrices. El tiempo las ha mimado, y ahora me gritan que soy fuerte. He dejado de sufrir por un amor que solo fue mío, y nunca tuyo. Un amor que duele,  No es amor. Mi mundo ha dejado de girar sobre ti, ahora gira sobre sí mismo, y a pesar de haber perdido el rumbo, soy feliz. Soy feliz de haber encontrado un hogar que me hace bien. Soy feliz de haber salido de un laberinto, con cadenas, nudos y voces que arañaban, que ahogaban, y callaban mi voz. No es amor si aguantas, si callas y lloras. Hace tiempo que perdoné las heridas que dejaste en mi piel. Unas huellas que no olvidan ni gritos, ni golpes ni mentiras. El dolor nunca se olvida,

Una semana de locos

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Subía las escaleras como cualquier otro día, diez minutos antes de mi hora, me gustaba ser la primera en llegar. Ser la primera en empezar, en ordenar, en acabar. Era feliz en mi soledad, era feliz subiendo las escaleras en vez de subir en ascensor. Era feliz en aquellos diez minutos. El edificio estaba vacío, en silencio. Un silencio que se rellenaba con la música a todo volumen de mis cascos. No notaba el vació que aún permanecía en aquel frío edificio, y así, en mi ignorancia, subía las escaleras como una niña pequeña. De dos en dos y con los pies juntos, una pequeña competición contra mi aburrimiento. Fue entonces, con la pausa entre canción y canción que escuché una ligera risa a mis espaldas.  Me giré despacio con la cara colorada y vi a un total desconocido, un joven de más o menos mi edad, riéndose de lo que acababa de ver y yo, yo me di la vuelta y continué mi camino, con la cabeza alta y saltando los dos últimos escalones que me faltaban. Nadie iba a quitarme mis oc

Letras de una anónima

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No soy nadie y a la vez, lo soy todo. Soy la risa de un día con amigos, soy la lluvia golpeando el cristal, deslizándome por la superficie helada y ganando carreras imaginarias. Soy un astro en el cielo que pasa cada noche por encima de una ciudad olvidada. Soy una estrella que no pide deseos, los cumple, los tacha de una libreta llamada vida y sigue surcando el universo en búsqueda de un sueño. Un sueño grande, tan grande como el sol, como una semilla que crece y crece por doscientos años y acaba siendo ese increíble árbol que vive a pesar de la adversidad. Ese árbol que entre sus raíces hay marcas de historias pasadas, de reyes caídos y de pueblos en pie. Ese árbol, ese sueño de la niñez que crece, pero estático, esperando a poder salir de aquel cajón olvidado. Y mientras le dejé relegado al olvido me recordó en silencio que los sueños, sueños son... Siempre que no se luche por ellos. Una noche, de las muchas que pasé mirando al cielo, decidí luchar por él, darlo todo y esper

Cuentos de sirenas

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<< Sé que nunca os he hablado de mi hogar, de mi ciudad bajo el mar. Supongo que cada vez que pienso en ello me trae recuerdos de un tiempo mejor, de un tiempo sin miedo . >>  Me quedé en silencio, como todos, Aqua nunca hablaba, nunca decía más de lo que fuera estrictamente necesario. Era una mujer alta y delgada y su tez azul hacía juego con sus ojos de color zafiro, tenía el pelo negro y liso y un rostro serio. La rodeaba un aura de soledad y misticismo, todos sabíamos cómo había llegado a nuestras vidas, pero nadie sabía quién era ella antes de ser raptada por piratas. Cómo era su vida, si vivía entre sirenas o entre humanos, si amaba u odiaba, todo ella era un misterio.  La conocí dentro de aquel castillo del terror, dónde nos obligaban a trabajar, luchar, matar, dónde dejábamos de ser personas para ser esclavos, esclavos de él. Un hombre temible, un hombre al que, algún día, mataré, pero hoy, hoy era nuestro quinto día fuera de aquellas paredes. Cinco días d